En el mundo en el que vivimos, ¿cuándo “el amor permite al goce condescender al deseo” (Lacan) y cuándo no?. Por Rubén Dimarco

 

XXXI Jornadas de la AAPPG

A 65 años de la fundación de la AAPPG

Conversaciones. Psicoanálisis vincular: Nuestro tiempo como desafío

(Una aclaración inicial: el presente es un trabajo muy condensado que presento para ser trabajado como disparador de las conversaciones en nuestras Jornadas)

La enunciación de Lacan mencionada en el título corresponde al Seminario 10: La Angustia [1]. Allí ubica a la angustia entre el goce y el deseo, como señal de lo real. El dar cuenta de su tramitación, lo lleva a trabajar aquellas cuestiones que “saltan” de lo simbólico y se muestran “transpuestas en lo real” [2]. Sabemos que a esta altura de sus teorizaciones necesitó inventar el objeto a para dar valor fundacional a la falta radical en la estructuración subjetiva. Se preocupa por los efectos en la misma – y en la estructuración de los lazos – cuando se produce – en la trama con el Otro – algo del orden de la falta de falta según se desprende de las teorizaciones de Lacan en el mencionado Seminario. Lacan discute con los filósofos contemporáneos acerca del valor de motor, de causación que en el deseo tiene, precisamente, la falta radical. Radicalidad de la castración significante que reconoce lo real como imposible. Lacan, en sus últimos seminarios, hablará de “las castraciones, en plural, [del] valor de lo diverso” [3]. Crucial desafío teórico, existencial, clínico de nuestro tiempo – el de la falta de la falta – donde por la hegemonía del llamado “discurso capitalista” [4], por el predominio de la globalización, de la tecnología y de la masificación de la informática, por la creciente instauración del consumismo (en diferentes niveles), muchas veces queda “forcluida la castración” en lo social, en lo vincular, en las subjetividades. Se producen mandatos de goces plenos – en la saga de las modalidades imperativas del Superyo-Ello freudiano – sin la necesaria “correlación con la castración” [5] para que algo del deseo como falta y motor se preserve1. Modalidades imperativas tramitadas como producciones sociales-epocales en el mundo en el que vivimos. Producciones de políticas, de sistemas educativos, de modos de comunicación mediáticos que proponen-imponen la potenciación eficaz de la ecuación poder-goce en todos los niveles mencionados. En verdad, acerca de estas modalidades imperativas, bien podrían cuestionarse las expresiones “tramitaciones” y “producciones” ya que estamos caracterizando en estas situaciones perentoriedades arrasadoras y destructivas de subjetividades, de lazos, de instituciones y de comunidades. La contracara en el proceso de humanización hoy es la de la impotencia, la melancolización de las subjetividades y de los lazos que precipitan a la cosificación, a la mecanización. También la pura acción como acting out, como actuación de violencia, de crueldad. Experiencias no experimentadas por tratarse ya de subjetividades y de lazos en desechos, como puros restos, como puros descartes, por el efecto de arrasamiento y de desmantelamiento de/en estas producciones. Recordemos que D. Meltzer habla en el clásico Exploración del autismo de “desmantelamiento” y también de “desmentalización” [6]. Creo que son términos (y conceptualizaciones) que cobran actualidad más allá de la aplicabilidad que estos conceptos tienen para las estructuraciones hacia el autismo para los cuales él las acuñó. Lo real traumático, desanudado de simbólico-imaginario (“lo que no cesa de no escribirse”) precipita lazos a predominio de pulsión de muerte en sus modalidades freudianas de “pulsión de apoderamiento” o “pulsión de destrucción” (si bien ya en desuso, entiendo que estas caracterizaciones de modalidades de la pulsión conviene actualizarlas). Puro goce, en absoluto de exceso, sin tramitación de falta, sin deseo, sin amor. En cambio, lo real del “no cesa de no escribirse” y “no cesa de escribirse”, en el nudo borromeo – como real – (con el “a” operando) se manifiesta como amor que se sostiene en el deseo. Amor no narcisístico, no fusional. Amor “en la escena del Dos” de la escena de la diferencia, de la separación, de la disyunción [7]. Amor que “da lo que no tiene a quien no es” [8] (Lacan). Amor como obra, en construcción, en formas – apuestas – de durabilidad y no de fugacidad, de descartabilidad sobre el horizonte de considerar al otro como un mero objeto-cosa que se consume y se evacúa.

El título del presente escrito, como se ve, pone en relación – pretendo que se lea en conjunción-disyunción – el mundo en clave de malestar en la cultura y lo inconsciente en las subjetividades y en los lazos. Es interesante considerar que si bien el goce y el deseo tienen una especificidad conceptual psicoanalítica en su complejidad y en su multiequivocidad el amor – además de su especificidad en el psicoanálisis – también tiene una fuerte impronta en la filosofía y en el arte, y en la vida cotidiana de los conjuntos subjetivos. A mi entender, la impronta que surge de la enunciación lacaniana – motivo del presente trabajo – ilumina el por qué del entrecruzamiento de la formulación. Al decir entrecruzamiento, amerita hacer una lectura de dicha formulación con el instrumento de la conceptualización del llamado nudo borromeo de RSI (real-simbólico-imaginario) con el Cuarto como Sinthoma, como obra propia en la subjetividad y en los lazos [9]2. Así es como en muchas situaciones el amor se sostiene, como dice Lacan, en “esa prueba y única garantía, a fin de cuentas, de la alteridad del Otro [otro como prójimo, como alter, semejante y ajeno] que es el a” [10]. El otro en el amor devuelve la falta, causa en el deseo, tramita el goce para que no precipite a tratar al otro como puro objeto entronizando de esa manera – si no se tramita desde la falta – poder y goce para violarlo o matarlo. El goce-amo procura que el otro sea según su forma de ser. Hacer Uno del Dos, de lo diverso, pura mismidad en un goce-sentido unívoco con el otro. Lo aliena, lo consume, lo aniquila. Es la dimensión puramente narcisística del amor3, dimensión tanática sin deseo. En la otra vertiente del amor – cuando opera el Dos, la diferencia, la diversidad, la castración en fin – el goce condesciende – se acomoda4 – al deseo y construye en un espacio-tiempo un saber-hacer con el goce, el deseo y el amor cotidiano compartido. Tramitación del otro en su diferencia, en su ajenidad radical. El otro – los otros del lazo – como sujeto deseante. Aceptación del malentendido, del equívoco estructural de los lazos. Valorando su fecundidad, su variabilidad5. La tramitación del goce a través del amor adviene en deseo de inventar con otros. Se inventan modos de discurso, de lazos y de prácticas novedosas.

Para concluir, amor, deseo y goce, como se ve, se conjugan – anudamientos mediantes – de diversas maneras, pero cabe señalar que siempre es en simultáneo, rizomáticamente, torbellinescamente. Enigmáticamente: ¿”es el deseo de obtener la diferencia absoluta (…). Solo allí puede surgir la significación de un amor sin límites (…)”?, como postula Lacan en su Seminario 11 [11] o ¿es el amor propio de la escena del Dos como acontecimiento, por la necesariedad de sostener que la experiencia proviene a partir de la separación ineludible, del entre que surge y se reconoce dicha diferencia?. ¿Es por la experiencia de este entre que así “se instala” el deseo? Sabemos que si en el Otro no hay falta – castración, significante de la falta en el Otro – “se instala” en la subjetividad y en las modalidades de lazos puro goce que obtura la aparición del deseo y que, como vinimos señalando, precipita a lo peor.

Bibliografía

[1] Jacques Lacan: El seminario, libro 10: La angustia, Ed. Paidós, Bs. As., 2006, pág. 194.

[2] Aurora Sabina Favre y Rubén Mario Dimarco: Variantes de la cura en los dispositivos psicoanalítico: Volumen II. Transferencia y lo transpuesto en lo real. Psicoanálisis e interdisciplina, Ed. Letra Viva, Bs. As., 2015, pág. 149 y siguientes.

[3] Jacques Lacan: El seminario, libro 24: L’insu…, Inédito, Clase del 26/02/77

[4] Jacques Lacan, El discurso capitalista. Conferencia en la Universidad de Milán, 12-5-1972, en Lacan en Italia, edic. La Salamandra, Milán, 1978. Trad. C.Ruiz, EFBA.

[5] Lacan: El seminario, libro 20: Aun, Ed. Paidós, Bs. As., 2014, pág. 20.

[6] Donald Melzer y otros: Exploración sobre el autismo, Ed. Paidós, Bs. As., 1975, pág. 25 y siguientes

[7] Alain Badiou y Nicolás Truong: Elogio del amor, Ed. Paidós, Bs. As., 2012. Badiou hace interesantes desarrollos acerca de estas cuestiones a partir de un trabajo de 1990 titulado “¿Es el amor el lugar de un saber sexuado?” El ejercicio del saber y la diferencia de los sexos, Ed. de La Flor, Bs. As., 1993, Pág 111 y también de la conferencia que dictó en la AAPPG “El amor como escena de la diferencia” Revista de la Asociacion Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, 1, XXIV, 2001, Pág 69

[8] Jacques Lacan: El seminario, libro 4: La relación de objeto, Ed. Paidós, Bs. As., 2006, pág. 153

[9] Aurora Sabina Favre y Rubén Mario Dimarco: Variantes de la cura en los dispositivos psicoanalítico: Volumen I. Transferencia y en los límites de la transferencia, Ed. Letra Viva, Bs. As., 2015. Ver apartado 17 “Construcción del Sinthoma” y Apartado 19.4 “(…) lo intersinthomatico” y Apartado 20 “Lazo y variedades del amor”

[10] Jacques Lacan: El seminario, libro 10: La angustia, Ed. Paidós, Bs. As., 2006, pág. 36.

[11] Jacques Lacan: El seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Ed. Paidós, Bs. As., 2008, pág. 284.

1* rubenmariodimarco@gmail.com

 Lacan trabaja en el Seminario 20: Aun la diferenciación freudiana entre el Superyo, heredero del Ello (puro goce), del Superyo heredero del Complejo de Edipo (tramitación simbólica de pérdida, de mengua de goce). Ver Cap I “Del Goce”

2 Dimensión del llamado – por Lacan – no-todo (hace a una lógica diferente a la lógica fálica) más allá o en supleción de la dimensión fálica. De la lógica fálica a la lógica del no-todo. En la dimensión del “no hay relación sexual”

3O de las fallas graves en la instalación del narciso propio de muchas demandas de la clínica contemporánea

4 El diccionario R.A.E. dice que “condescender” significa “acomodarse con bondad al gusto y voluntad del otro”.

5 En la nominación actual “poliamor” se incluyen, en verdad, todo tipo de experiencias, que van desde los excesos desubjetivantes y desvinculantes a modalidades deseantes – en el cauce del amor – que rompen rutinas y burocratizaciones y amplían enormemente el horizonte.

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