Amor, o odio, indiferencia. Por Aurora Favre

El psicoanálisis es una praxis en la cual el amor, el odio y la indiferencia constituyen un meollo fundamental junto con el deseo en la dirección de la cura. Como analistas nos interesa profundizar en estos conceptos que nos permitan intervenciones que posibiliten al paciente articular un saber ( sobre su posición deseante) en torno a la falta, con encontrar modos de un saber hacer más alla del fantasma, en el lazo con los otros.

El sujeto para advenir como tal en su singularidad, requiere, como anterioridad lógica, del discurso del Otro encarnado en el otro de la trama familiar y social.

El infans (niño sin palabra) nace en estado de desamparo, no puede subsistir sin el otro (Hilflosigkeit freudiana) Hay una relación de dependencia, de necesidad del cuidado aportado por el otro que propicia, si todo va bien, la demanda de su amor y engendra el objeto de deseo. .

En verdad de entrada no hay desde el niño lazo porque cree ser el Otro (amor narcisístico) deberá constituir un si mismo en tanto imagen de si, a partir de ser mirado, ser invocado, imagen especular (registro imaginario) pero también, poseedor de un cuerpo que se afecte, que consuene en el encuentro con el otro, (cuerpo pulsional, lo real del inconsciente)que tenga un propio lugar de enunciación (lo simbólico) o sea RSI y que tenga la posibilidad de distinguir al otro como alteridad radical y hacer lazo con él (cuarto anillo). Referimos a tres registros RSI anudados en un cuarto anillo llamado Sinthome (saber-hacer)

La pregunta crucial que hace el sujeto en relación al otro es ¿puedes perderme?, Esta frase no se pronuncia, se la actúa en la experiencia del amor (de ahí que decimos que es una praxis) Con esa pregunta se pone en juego la afirmación del deseo del sujeto de un hacerle falta al Otro, en tanto es en el lugar de lo que al otro le falta en donde se ubica el sujeto a advenir con su propia falta como modo de encontrar un lugar en el Otro. (operación de alienación al Otro) Se requiere de la asunción de la castración del Otro, para la operación de separación del sujeto en relación al lugar que ocupó como objeto en el fantasma del Otro. Este creer ser el Otro produce engaños que se reeditan en la experiencia del amor por viscisitudes en estas operaciones produciendo enredos entre el sujeto y el otro que toman la forma del desgarro, de la dominación, de la violencia. El odio que apunta al ser como el amor tendría que tomar valor simbólico como modo de agujerear al otro, de poder faltarle en un intento de separación.

Entre el sujeto y el otro hay un reorrido que es el tour de la pulsión. La fórmula de la pulsión es la de la demanda inconsciente del Otro, que es como decíamos demanda de amor.

Cuando el el Otro ofrece su lugar de falta que Lacan nombra significante de la falta en el Otro S(A/) alli queda localizado el infans con su grito que el Otro Primordial significa y así cada una de sus necesidades constituyendo el cuerpo libidinal Demanda que es entonces demanda de amor y es el Otro, en su demanda, que media la relación con el cuerpo del sujeto a advenir constituyéndose una satisfacción que no es del orden de la naturaleza. En su recorrido deseante el sujeto, a partir de la repetición significante encontrará una distancia entre el objeto buscado y el objeto encontrado, pérdida, falta que hace a la lógica de significación fálica. Pero según vamos viendo hay algo que escapa a la significación y es esta sustancia gozante que hace que a diferencia del animal cuyo objeto sexual está predeterminado en el humano en este sentido “no hay relación sexual” en tanto para el sujeto del lenguaje hay otra satisfacción. Lo llama también goce suplementario, no suple sino que suplementa, este no hay. Entonces la sexualidad es una construcción que es la sexuación en la trama con los otros, goce femenino y ahí ubica el amor. Es lo imposible de la relación sexual que hace lo posible de la relación en el lazo amoroso. Este amor existe como posible, solo existe en la medida que existe la batería significante, y la castración.. Este goce también nombrado goce femenino es en esta construcción para quien se dice hombre y para quien se dice mujer. Es un goce del que el sujeto no sabe nada porque lo siente. Ahí el amor es un amor a un otro radicalmente otro con sus tres registros anudadados por un cuarto anillo sinthome.Habrá entonces Uno y Otro. Dirá en Encore que H, M y N son significantes contingentes (epocales?) que se sexuan en un orden de discurso.

Cuando me dirijo al otro, lo invoco como otro, como prójimo, busco en el algo que atañe a mi existencia. Lacan dice “el prójimo es la inminencia intolerable del goce” Entonces un en un encuentro….ni el amor está garantizado ni la armonía…) Habrá que construirla si es posible.

Voy a presentar un testimonio clínico en donde escuchamos obstáculos para dirigirse a un otro con un lazo de amor, otro con el que se juegue el amor a la diferencia. En tanto se escucha que la paciente ha venido quedando en una posición de tapar la falta en el Otro. La mostración de esta fijación toma los ropajes de un amor tragico, un amor sacrificial.

Beatriz, joven profesional, hija de padres inmigrantes de una comunidad de origen oriental, de treinta y cuatro años, en las entrevistas preliminares se queja de no tener nada propio, de trabajar permanentemente para los otros sin lograr nada para sí. En transferencia se escucha que cada vez que hace algo que considera un logro, como comprarse una casa propia, cosa que no pudieron hacer sus padres, le surge pensar que ” algo va a ocurrir.”

Luego de comprarse la casa, su socio tiene un accidente de auto, ella lo relaciona con ¨eso que tenía que ocurrir ¨ A partir del accidente del socio quien viajaba con su hijo, en el que quedó destruído el auto pero ellos se salvaron porque estaban dice ¨atados¨, esta joven presenta un insomnio pertinaz. Al pedirle asociaciones sobre el mismo dice que no puede sacarse de la cabeza una imagen. Se trata del dibujo realizado por su hermana unos días antes de morir, hace dieciseis años, en un accidente de auto en el que manejaba su padre y otra de sus hermanas quedó con una discapacidad motora. Ese dibujo forma parte de una serie que encontró en este momento a propósito de la mudanza, con la cara de una mujer con expresión de dolor. Junto a los dibujos encuentra doblada una hoja de revista donde había una propaganda que sirvió como modelo de los dibujos, con una leyenda que dice ¨use cinturones de seguridad ¨

En muchas oportunidades me había comentado que siendo niña y adolescente ella vivía en pánico en su casa porque todo era improvisación y descontrol, que el accidente trágico, cuando ocurrió, fue para ella como algo anunciado. Que tanto su madre como ella funcionaban como cable a tierra de un padre que todo improvisaba. El día del accidente era la primera vez que su madre no acompañaba a su padre en un viaje porque iba a otro lugar. Pensó que tendría entonces que acompañarlo ella, pero decidió quedarse a estudiar.

El azar quiso que ella no ocupara el lugar de su hermana muerta. Dice que ella en todo momento cuando va a realizar algo tiene presente estas cosas.

Intervengo planteándole que ella siempre imagina que tiene que controlar, que asegurar todo para que no pase nada, que todo depende de sus controles. Que quizás ella no puede sacarse esa imagen de la cabeza porque lo que la horroriza es que accidentes pueden haber, pero no es lo mismo estar atado que desatado en la vida. Que todo no se puede controlar, que la muerte existe, pero que sí es posible revisar determinados nudos, determinadas ataduras, como por ejemplo la de ella con su padre. A la sesión siguiente me comenta que pudo dormir y que se tranquilizó con lo que le dije, al saber que hay cosas que ocurren con una determinación independiente de ella, que eso la alivia.

Beatriz no puede renunciar a ese lugar de amor sacrificial, donde se coloca en posición de objeto de goce del Otro.

La meta del análisis es que el sujeto pueda separarse adquiriendo cierto margen de libertad en relación con el lugar que ocupó como objeto en el fantasma del Otro. Para ello el deseo del analista debe buscar esa diferencia radical que permita la separación del sujeto respecto de ese lugar de fijación en el fantasma del Otro.

En ese tiempo de su análisis ella tenía dificultades para asociar porque tenía su cabeza envuelta ” en una nube de palabras y se perdía ” . Por un lado aparecía la queja respecto de todo lo que tenía que hacer. Ella organizaba el trabajo de su socio, estaba en todo, a punto tal que no podía faltar nunca porque si bien el socio era el que firmaba los trabajos, y fijaba los honorarios, ella manejaba todos los hilos. Ella le hacía falta y no podía faltarle. Por otro lado planteaba que se sentía de esa manera,–paradojalmente – totalmente libre, que no quería atarse a nada, que no quería compromiso de ningún tipo.

Para concretar la compra de la casa necesita entrar en un orden propio que no tenía, esto la lleva a realizar una serie de inscripciones (cuenta bancaria, tarjeta de crédito etc.)

En un tiempo anterior, a medida que se van destrabando una serie de inhibiciones, se le presenta , y trae a análisis la fantasía de escriturar esa casa a nombre de su madre y de su hermana discapacitada haciéndose cargo de lo que su padre no pudo hacer.

En transferencia Beatriz trae la escena del accidente del socio como algo del orden del destino “es lo que debía ocurrir” pero en esta oportunidad ella descubre una diferencia, su socio y el hijo al estar atados se salvan. O sea el cinturón de seguridad es un instrumento, un objeto que ubica la falta en el Otro, objeto separable del otro, es algo que se puede poner o no, dando cierto margen a la elección del sujeto.

A partir de ubicar la falta en el Otro ella puede orientarse, esto es, pone coto a lo que era vivido como una determinación absoluta.

Ella pasa de estar como sujeto en posición de objeto en el punto de alienación a poder separarse de esta determinación absoluta, desprendiendo un objeto del sentido univoco del Otro. Esto le permite ir logrando un saber hacer que le va permitiendo salir de la inhibición.

Beatriz dice que ahora entiende porqué su padre, trabajando tanto como lo hacía, siempre se quejaba como si su trabajo fuera para los otros, no obteniendo nada para sí. Que ahora ella puede darse cuenta que su padre siempre quiso volver a su país de orígen, que nunca se adaptó y como consecuencia de ello vivían encapsulados dentro de la colectividad. Que no pudo hacerse cargo de ese deseo, mediante una elección, quedó ambiguamente, estando y no estando.

Beatriz no sólo no podía hacer ningún proyecto, tampoco enamorarse, siempre estaba de paso, partiendo, como si no pudiera fijar un lugar. La única vez que convivió con un novio ella lo dejó ir porque coincidió con el tiempo en que su padre enfermó gravemente y ella sólo tenía tiempo para él. En ese momento ya muerta su hermana, se había convertido en la única responsable del grupo familiar formado por su hermana discapacitada y sus padres, ya que la otra hermana se había ido a vivir al exterior.

Beatriz resignifica la compra de su vivienda con haber elegido vivir (en su adolescencia había hecho un intento de suicidio) me dice que ella ahora siente que empieza a estar registrada, tiene tarjeta de crédito, cuenta bancaria, le llegan papeles a su domicilio con su nombre. . En sucesivas sesiones comenta que ahora siente la cabeza despejada ,y que empezó a sentirse con la posibilidad de hacer proyectos., que esto le produce alegría que siente en el cuerpo. Por primera vez, empieza a registrar a compañeros de trabajo y a estar atenta a la mirada de uno de ellos.

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