DISPOSITIVO PSICOANALÍTICO INTERDISCIPLINARIO

Jornada Anual 2003: “Interrogantes y obstáculos en la clínica actual”
Fundación CISAM. 2003
 
PANEL: DISPOSITIVO PSICOANALÍTICO INTERDISCIPLINARIO

Aurora Favre

 

En la clínica de la neurosis en general nos encontramos con sujetos que pueden hacer transferencia en relación a un analista y por lo tanto no se nos plantea la problemática de la interdisciplina.

En algunos casos en el curso de un tratamiento psicoanalítico, ante un desanudamiento puede ser necesario trabajar de pronto con el médico psiquiatra y podemos plantearnos un trabajo que vaya mas allá de una interconsulta, me refiero a establecer estrategias en donde se plantee justamente lo interdisciplinario Bottomore dice “ implica el encuentro y la cooperación entre dos o más disciplinas aportando cada una de ellas (en el plano de la teoría o de la investigación empírica) sus propios esquemas conceptuales, sus formas de definir los problemas y sus métodos de investigación” Castorina dice “para que haya interdisciplina los intercambios deben ocurrir durante la construcción conjunta del conocimiento y a partir de la formulación precisa de los problemas”.El médico en su intervención médica hace una implementación de la medicación de acuerdo a los requerimientos de la dirección de la cura y no se plantea la resolución del síntoma en sí misma. Puede darse también un trabajo interdisciplinario con la psicopedagoga y el psicoanalista. Se trata de distintos órdenes de discurso, el psicoanalítico, el médico, el psicopedagógico 8.

Pero hay una clínica compleja: el autismo, la psicosis, la debilidad en donde los sujetos están fuera lazo social, fuera de discurso aunque dispongan de palabra.

Son situaciones clínicas donde el grado de desestructuración familiar y el modo en que se presenta la problemática (acting, pasaje al acto) plantea la necesidad sobretodo en la niñez o adolescencia de un alojamiento en una red de transferencias múltiples . Esto es la terapia del niño, la consulta psiquiátrica o neurológica en los casos necesarios y el trabajo con la familia articulados a un espacio- tiempo en el que es fundamental (dado que se trata de niños o adolescentes que no pueden ser escolarizados – trabajar el lazo social, los aprendizajes de la vida cotidiana, favorecer la conservación o el incremento de nociones de lecto escritura y cálculo construyendo un tiempo espacio para lo escolar. Entonces se nos plantean cuestiones a pensar y resolver sobre los modos de intervención con el niño y la familia, pero a su vez cuestiones respecto a la lógica de lo colectivo. El espacio tiempo que el niño vive, habita, debe cumplir determinadas condiciones para ser soporte de lo que permanece fuera de escena propio de lo no reprimido, propio de lo forcluído, o bien de lo no libidinizado Debe ser pensado como un lugar donde al mismo tiempo que se recibe al niño o adolescente con sus crisis, o sus alucinaciones. en acto se lo acote mediante actividades “terapéuticas” en donde lo terapéutico no es interpretar sino justamente poner un velo. Ofrecer una escena posible para el malestar, escenificación que equivocará ese malestar, lo transformará en otra cosa .Intervenciones que producen distintas categorías de la falta de objeto, distintas escrituraciones de la falta, acá podremos escuchar el trabajo que hace la musicoterapeuta, la psicopedagoga. Podemos pensar lo institucional entonces como esta red donde se nos plantea qué lugar ocupa el discurso analítico en su relación con los otros discursos en la medida que confluyen aquí el discurso médico-psiquiátrico, el psicopedagógico, y otros discursos psi como el de psicomotricidad, musicoterapia, terapia ocupacional, fonoaudiología, el del trabajador social). El discurso es el modo como se encadenan los significantes en relación al goce representando al sujeto. Hay distintos modos o configuraciones discursivas. Constituyen una trama de derecho y de revés, como un paño cuyo diseño varía según la disposición de los hilos. En ellos hay cuatro lugares que se combinan de manera particular en cada uno. Lacan aisló en el Seminario 17 cuatro modos discursivos. El discurso psicoanalítico es sólo uno de ellos, pero plantea que todo sujeto necesita de los otros discursos. En la neurosis el sujeto en su análisis hace una rotación por los distintos modos discursivos, no está siempre en el discurso psicoanalítico. El sujeto en la psicosis ha quedado fijado a un significante que no hace cadena, no introduce la función significante. (algo de la escena) El sujeto psicótico está fuera de discurso. Decíamos en “La dirección de la cura en niños psicóticos” …porque no tiene incorporada la institución del lenguaje tiene que vivir en instituciones. La escena institucional es una trama discursiva que la nombramos operatoria de enunciación dramática en estructuración permanente.() En esa trama discursiva cada uno opera desde su lugar. . El dispositivo de Htal . de Día arma lugares para la circulación. Se construyen estos espacios por transferencia, que el múltiple, no totalizadora. Sitúa los desplazamientos de los pacientes, sus padres y profesionales, pero con cortes y diferencias. No hay un continuo entre tal y tal. Cada espacio se ordena en distintos discursos. No hay una lógica que identifique al niño, un saber sobre él que lo espera en el siguiente espacio.

El médico, el psicopedagogo, el musicoterapeuta, el psicomotricista, la terapista ocupacional, cada uno al ocupar un lugar en el dispositivo es soporte de un tipo de discurso que da cabida a cuestiones que de otra manera no podrían entrar en transferencia .En la clínica que podríamos llamar de la vida cotidiana de Hospital de Día muchas veces se hace necesaria la intervención del médico psiquiatra ante la situación de actuaciones violentas, de riesgo para sí y para los otros, donde la palabra no llega en tanto el sujeto está colocado en posición de objeto del goce del Otro y la intervención tiene que plantearse en el mismo registro que se presenta la problemática. La intervención del discurso del amo para un sujeto en posición de objeto, es necesario ir a buscarlo allí. Pero la rotación es fundamental. Pero es importante que allí quien está en posición de Amo esté advertido que es una posición, un lugar entre otros que advendrán.

Esto es de una enorme complejidad pero también de enorme riqueza. No se trata de que no haya analistas en la institución – durante años se sostuvo un debate donde se consideraba que las actividades debían ser coordinadas por los llamados talleristas, sin formación psi- consideramos que en patologías graves es necesario en la dirección de la cura un trabajo de construcción de lo privado como espacio ganado a lo público, a lo colectivo. Construcción de lazo social que se funda, se establece a partir del vínculo que une a los seres que hablan.: la lengua.El lazo social es el discurso paradigma del psicoanálisis.

En psicosis no hay pérdida de goce, el niño ha queda prisionero de una letra, borrado por ella. No ha perdido el ser. La marca de esta pérdida es letra. La letra es el soporte material del significante.

Otras disciplinas tienen otros paradigmas Qué pasa con los paradigmas de las otras prácticas y el lazo social? Si bien toda práctica da lugar al lazo social, no es el fundamento de su paradigma.

. Rubén Dimarco en las Jornadas sobre Hospital de Día del Tobar (1992) que las disciplinas dan cuenta de diferentes registros o niveles. La institución ofrece diversas ofertas de comida, encastres, palabras. Así como no es lo mismo el relato de una película que hacerla o verla, así importa tanto el iluminador como el cameraman o el montajista, el actor o el director. El autor se despliega así en determinada luz, en determinada escenografía, en determinado sonido. Hay una materialidad diferenciada, como hay sonidos que surgen de violines o timbales en una obra sinfónica. Pero para esto considero que es necesario que el psicopedagogo, el médico, el psicoanalista debe desarrollar su especificidad para funcionar interdisciplinariamente sino el riesgo es la superposición o yuxtaposición de campos que llevan a la indiscriminación y al eclecticismo.

Pero el goce tambien es un tema de discurso. Considero que afiatar un dispositivo de equipo implica establecer las condiciones necesarias inherentes a las formaciones de lo colectivo. Poder soportar la desilusión y el malestar y hacerlo funcionar en una búsqueda, rescatarlo en el sentido del deseo con el consiguiente acotamiento de goce en la búsqueda de que pueda haber algo otro que no sea el ideal absoluto. Siempre hay extremos en que es muy difícil sostenerse en esta dimensión fantasmática, cuando la injusticia, la inequidad, la pérdida de los valores rasgan el tejido social.

Freud dijo que los analistas que atienden niños deben vérselas con el niño que llevan en sí, pero de lo que aquí se trata es de dar cabida a un sujeto a advenir, anticipar un reconocimiento, una mirada que no está y por eso retorna persecutoria. Hacer cortes significantes a partir de la materialidad que el niño ofrece, ofrecer marcas sin computarizar.

El espacio de análisis individual es un espacio ganado a lo público, a lo colectivo.Se encuentra el niño en ese espacio como no siendo allí, tiempo de borramiento de la huella,como recortado de “eso” que aloja el dispositivo institucional. Allí donde era. Construcción de lo íntimo como lugar donde confluyen las transferencias múltiples. Está como un tiempo a advenir sostenido por la función deseo del analista. Otro tanto ocurre con el trabajo con los padres, en la medida que los padres en muchos casos transfieren en el lugar del niño o del adolescente. El espacio de intimidad para ellos se construye a partir de una oferta que anticipa una demanda luego de un tiempo – singular en cada caso- de entrevistas preliminares.

El trabajo de supervisión de equipo interdisciplinario es como un crisol en el que convergen múltiples discursos y múltiples transferencias. La escucha analítica procede al modo del armado de un rompecabezas del que surgen hipótesis compartidas, dispuestas a enriquecerse en el aprés coup del siguiente encuentro.